domingo, 23 de septiembre de 2007

La columna trajana




Las inscripciones (uno de los significados de inscribir es: grabar letras en metal piedra u otro material), tuvieron una parte importante en la vida de los antigüos romanos.

A pesar de existir muchos bellos ejemplos de inscripciones de esa época romana, la inscripción de la Columna Trajana se reconoce hasta ahora como el más fino trabajo de inscripción en piedra que se haya realizado en occidente. En el desarrollo del alfabeto, la belleza y la simplicidad de las letras mayúsculas utilizadas en esa columna son un logro único en lo que respecta a la escritura monumental.

En la loza de mármol ubicada en la base de la columna, hay una inscripción dedicada al emperador Trajano, para conmemorar su victoria en la guerra contra Dacia y la conquista de esa nación. Este famoso ejemplo de las letras clásicas romanas fue cincelado entre los años 112 y 113 dC.

Las medidas aproximadas de la piedra son 1.20 de alto x 3 m de ancho. La forma de las letras está determinada por el uso del cincel de punta recta (sostenido a 30 grados con respecto a la horizontal; éstas fueron primero rotuladas en blanco, cinceladas y después pintadas con color rojo siena (rojo óxido de plomo). La columna tiene una altura total de 43.50 m.

Es quizá el ejemplo más famoso de escritura quadrata (mayúsculas cuadradas romanas). Como está pensado para ser leído desde abajo, las letras inferiores son ligeramente más pequeñas que las superiores, para producir el adecuado efecto de perspectiva. Las letras varían de altura de 8 a 13 cm y el espacio entre las líneas disminuye a medida que se acerca a la línea inferior del texto (de 7.5 a 6 cm). Una explicación lógica es que los antiguos romanos creían que las letras que están más lejos de los ojos del observador debían ser más grandes y aquéllas más cerca del observador, deberían ser más pequeñas, así, parecerían ser del mismo tamaño. La inscripción está colocada a 3 m sobre el piso.

En un principio los trazos de las letras eran de grosor uniforme, pero más tarde el ancho de los trazos se hizo variable para imitar el efecto natural del pincel de punta cuadrada que los canteros utilizaban para esbozar las letras antes de tallarlas. La dificultad que entrañaba el trazado de las curvas con un cincel obligaba a construir muchas letras a partir de líneas rectas.

En este tiempo no se dejaba espacio entre las palabras, las palabras eran espaciadas por el uso de interpuntos (marcas triangulares). El serif, es decir, las gracias o patines que tienen las letras dan fuerza a los trazos verticales y ayudan a llevar el ojo a la siguiente letra.

Hoy en día, las letras de la columa trajana continúan siendo fuente de inspiración para calígrafos, artistas de la letra y diseñadores de tipografía. Estas letras están constituidas a partir de formas geométricas como el cuadrado, el círculo o el triángulo y fueron el molde para las letras mayúsculas de nuestro alfabeto actual.

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